domingo, 17 de marzo de 2013

Pena, perdón, quizas amor, tan solo se que muero contigo...


Emanuel Ponce 

A penas se oye los ladridos de los últimos perros,
 
Las horas se paran, Los niños no lloran porque no saben, 

 Y el volcán duerme

 Porque se ha vuelto cobarde.

No pasan horas sin sueños, Ni dolores en este mundo perdido, El no querer no está prohibido, El querer es un delito.

Hojas marchitas brotas de sus ojos, Hojas que vuelan entre cenizas viejas, Corazones que no esperan el olvido...

 Y tú,Que no estás aunque te encuentres, Que lloras porque no sabes reír, Que sueñas despierta, Y mueres viviendo.

A penas se oye los ladridos de los últimos perros...Un niño tiende su mano,Buscando condenar su hambre,Tú no ves, no piensa, En el silencio te pierdes.Mil gaviotas picotean mi cuerpo, Hoy solo soy pasto de ellos, Mañana...Mañana no se lo que seré.Pena, perdón, quizás amor, Tan solo sé que muero contigo, Mientras ellos te miran, Mientras el egoísmo se te clava ,Como avispas muertas, Por el veneno de un escorpión.A penas se oye los ladridos de los últimos perros, Apenas me oigo yo.


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