lunes, 17 de septiembre de 2012


—Ah, qué hermosa casita —dijo la Princesa—. Me pregunto quién vive allí.
La criada apartó el rostro, temblando bajo el extraño frío que flotaba en el claro.
—Nadie, mi Princesa. Ya no vive nadie. El reino prospera, pero no hay vida en los bosques oscuros.

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